El origen de la confusión en el nombre llega al siglo XIX cuando unos empresarios españoles los descubrieron y empezaron a exportarlos a todo el mundo vía Panamá. Por si esto no alcanzara, se sumó otro ingrediente: los obreros que construyeron el canal de Panamá los utilizaron a destajo durante la construcción, lo que quedó inmortalizado en las fotos y cristalizado en el nombre de los sombreros.
Los sombreros de paja toquilla están hechos a partir de las fibras de
las hojas de la palma Carludovica palmata,
que crece en las regiones húmedas costeñas del Ecuador, sobre todo en
Montecristi y Jipijapa.
El proceso de preparación es largo y complejo: se
separan las fibras con la mano, se hierven y secan al aire. También se las puede blanquear
en aguas sulfurosas y otros productos. Recién después de varios procedimientos
están en condiciones de ser entrelazadas y tejidas.El entrelazado es muy arduo. Los mejores tejedores trabajan sólo de noche y por la mañana temprano, para evitar el sudor de sus propias manos. Hay varios tipos de tejidos, desde los más sueltos a los más finos y apretados.
Una parte de la paja se teje en la costa, pero la mayor se compra y teje en la zona de Cuenca por parte de firmas con larga tradición en el oficio. Una de estas, quizá la más importante, es la de la familia de Homero Ortega, que compra los sombreros que cumplen cierto nivel de calidad, teje los propios y le da las terminaciones y ribeteados. Todo el proceso de elaboración se hace a la vista de quien quiera visitarlos y mantienen un museo precioso. Actualmente el establecimiento es dirigido por sus herederos y se incorporaron otros productos como la línea de sombreros y tocados para mujeres, diseñados con el exquisito buen gusto y la elegancia de Alicia Ortega.
El precio de los modelos estándar empieza en los 15 U$S pero los finos
alcanzan los 300 y los superfinos van más allá de los 700. ¿Qué distingue uno
de otro? Es más difícil relatarlo que percibir las diferencias. Baste decir que
los superfinos pueden retener al agua dentro de ellos, son muy livianos y tan
flexibles que se los puede enrollar y pasar por un anillo, luego de lo cual volverán
a tomar su forma original. Si todo eso no alcanza y sigue usted pensando que el
precio es un poco alto, repare en que no se trata de una paja cualquiera:
su nombre científico lleva nombre de reyes.
Bibliografía:
Guía Lonely Planet: Ecuadorhttp://www.homeroortega.com/museo.php
http://ecuadorcostaaventura.com/manabi/pile.html
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2 comentarios:
¡Qué bonito artículo, Fernando!
Aquí, a escasos metros del escritorio, tengo un sombrero…”Ecuador”, llamado panamá hasta hace cinco minutos. Un regalo muy preciado (tengo verdadera chifladura por los sombreros de todo tipo) traído de Panamá. Demás decirte que inmediatamente publique este comentario voy derecho a mirarlo con lupa! Sí, es muy liviano y aunque no he puesto a prueba sus bondades, a prima facie el tejido luce fino y apretado.
Já, mire que se aprende en La Pulpera! Un abrazo Querido Amigo!
Susana:
Gracias por tus piropos y por ser una clienta consuetudinaria de La Pulpera.
En Ecuador les dicen Jipijapa, que más bien parece esas risitas que sabe poner Andal13...
No sé si serán prácticas, pero la verdad es que son lindas las capelinas y los sombreros esos.
Un abrazo.
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