Ahora
que disponemos del sistema GPS (y del Glonass, ruso; del Galileo, europeo y el
Compass chino) parecen increíbles las guerras y otros males que se adjudicaron
a la falta de precisión en la fijación de límites y jurisdicciones.
Recuerdo
especialmente el conflicto entre España y Portugal, de la época de la conquista,
que terminó con el Tratado de Tordesillas de 1494:Que se haga y asigne por el dicho mar océano una raya o línea derecha de polo a polo, del polo Ártico al polo Antártico, que es de norte a sur, la cual raya o línea e señal se haya de dar e dé derecha, como dicho es, a trescientas setenta leguas de las islas de Cabo Verde para la parte de poniente, por grados o por otra manera, como mejor y más presto se pueda dar, de manera que no será más.
Después de leer esto nadie puede decir que en
los tiempos de Colón se creía que la Tierra era plana. ¿Leyeron lo de los
polos? Y era el Papa el árbitro del acuerdo. Es otra de las simpáticas mentiras
de la prensa oficial, es decir de las versiones para nosotros los giles.
Nunca se llegó a determinar la línea por
imposibilidades técnicas, pero es muy gracioso ver cómo cada asesor que ponía
manos a la obra la ubicaba más hacia al este o al oeste, según representara a
la corona portuguesa o a la española. Más gracioso aún resulta el hecho de que
el rey Juan II de Portugal se
enterara, antes que los reyes católicos,
del descubrimiento de Colón debido a
que, en el viaje de regreso una tormenta lo hizo recalar en Lisboa y ahí nomás
empezaran los portugueses a reclamar su parte en el botín.
La
ciencia de las mediciones está ligada al desarrollo de la geometría que
floreció entre los habitantes de lo que ahora es China e India y en la Mesopotamia,
entre caldeos, babilonios y egipcios. Discípulo de ellos, Tales (624-548 ac), de
Mileto - Turquía, aunque no dejó obra
escrita –los primeros en hacerlo fueron un discípulo de Aristóteles, Eudemus (hacia
el año 320 ac) y luego Euclides –, sistematizó los conocimientos y nos dejó 5
teoremas fundamentales, de los cuales el más famoso es el que musicalizaron Les
Luthiers. Los Elementos de Euclides,
junto con la Biblia y el Quijote fueron las obras de más tirada de
los primeros 300 años de la imprenta.
Pero la
agrimensura tuvo su gran desarrollo en Roma, porque los técnicos romanos empezaron
a construir caminos y acueductos y, a la vez, la expansión del Imperio y del Derecho
de Propiedad exigían precisión en la mensuras. Los trabajos del astrónomo turco
Hiparco (190-120 ac) –considerado el padre de la trigonometría– y del astrónomo
egipcio Claudio Tolomeo –que sintetizó en su Almagesto todos los conocimientos de la época– fueron la base sobre
la que se asentó y desarrolló la agrimensura romana. Ager, agri, en latín, significa campo de cultivo y mensus, medir.
El
filósofo italiano Giorgio Agamben escribió un artículo donde relaciona la agrimensura
en Roma con lo divino y lo humano, con lo alto y lo bajo, con el pueblo y el
castillo. Y desde ahí analiza El Castillo de Kafka en forma muy atractiva. Trataré
de conseguirlo y ponerlo en una próxima entrada.
Volviendo a lo anterior podríamos sintetizar esta
historia diciendo que los pueblos que hoy consideramos bárbaros aportaron la
inteligencia y la investigación básica (los fundamentos de las matemáticas, la
geometría y la astronomía) y los pueblos que hoy consideramos la cuna de la
cultura occidental hicieron investigación aplicada (el desarrollo de la
agrimensura y las mediciones) fundamentalmente para delimitar el derecho de
propiedad y las zonas conquistadas..
2 comentarios:
Incluso en estos tiempos, Fer, y contando con los auxiliares GPS y otros sistemas, es necesario dormir con un solo ojo en asuntos como fijación de límites y jurisdicciones. No sólo porque la gallega sexi a veces nos lleva a la cima de una montaña “recalculando”…sin posibilidades de bajar y mientras estamos buscando un arroyo, también porque los “asesores” en asuntos limítrofes no han perdido las mañas.
Estaré pendiente de tu publicación sobre El Castillo de Kafka, desde la perspectiva de Agamben.
Un abrazo Amigo.
Susana:
Totalmente de acuerdo. Casualmente la delimitación de mi parte del ropero mientras "avanza el enemigo..." no la arregla ni el cardenal Samoré.
Lo de El Castillo trataré de ponerlo este mismo mes.
Un abrazo
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