Las
relaciones entre la gastronomía y la literatura son tan estrechas que hasta
comparten el nombre de uno de sus platos/obras: el entremés, que nombra tanto a los
alimentos de una picada como a unos dramas jocosos que se representaban entre
comedias.
Los
menús que traemos hoy incluyen una exquisita lista de platos tomados de dos obras
maestras de la literatura latinoamericana: El
recurso del método del cubano Alejo Carpentier y Redoble por Rancas del peruano Manuel Scorza.En el fragmento de El recurso… hay un recorrido completo por los mejores platos de la cocina caribeña contados con un salero que da gusto y en el de Redoble… un paseo por toda la gastronomía peruana (con excepción de la costeña) como para hacer un banquete para el recuerdo.
Como la bebida no está incluida, por favor vayan a buscar el vino o lo que prefieran, desplieguen las servilletas y pónganse cómodos.
Las
matronas se dividieron las tareas: doña Magda de los Ríos, la Alcaldesa,
ofreció su célebre ají de gallina; doña Queta de Valerio, la Subprefecto,
comprometió su famosa carapulca a la morena; doña Queta de Cisneros, prometió
sus tamales, tan celebrados en una oportunidad que se los suplicó el mismo
Prefecto de Cerro de Pasco. Se tramó una babilónica cuchipanda: lechones asados
rellenos con nueces y manzanas, caldos de cabeza de carnero pelada con ceniza,
humitas de sal y dulce, el lujurioso arroz con pato a la chiclayana, el pícaro
cabrito a la norteña, la ampulosa papa a la huancaína y la ocopa a la
arequipeña, verdadero pecado de obispo. El Opus magno sería una grandiosa
pachamanca*. Bajo su perfumado volcán decorado
con una banderita peruana, la Benemérita se comprometió a enterrar todos los
animales provenientes de decomisos.
Manuel Scorza, Redoble por Rancas, 1970, Caracas,
Monte Ávila Editores.
*especie
de curanto o puchero condimentado con ají que se asa entre
piedras caldeadas o en un agujero que se abre en la tierra cubierto con piedras
calientes.
Varias
bandejas y platos presentaban, como dispuestos en suntuoso bodegón tropical,
los verdores del guacamole, los rojos del ají, los ocres achocolatados de
salsas donde emergían pechugas y encuentros de pavo, escarchados de cebolla
rallada. Alineadas sobre una tabla de trinchar, había chalupitas y enchiladas,
junto al amarillo de los tamales envueltos en hojas calientes y húmedas, que
despedían vapores de regocijo aldeano. Había cambures fritos, de los maduros, de los pintones –esos
que habían aplastado a puñetazos–, de los menudeados en finas lascas gracias a
los cepillos de carpintería. Y las frituras de batata, y las barquillas de coco
doradas al horno, y aquella ponchera donde en mezcla de tequila y sidra
española, de las que allá se tomaban en las bodas campesinas, flotaban cáscaras de pina, limones
verdes, hojas de menta y flores de azahar.
Alejo Carpentier, El recurso del método, 1974, Buenos Aires, Losada.
.
8 comentarios:
Para mí el verdadero banquete está escondido detrás de las dos listas de platos:los libros .
Conozco a Carpentier y me gusta muchísimo, pero no tenía idea de Scorza.
Ya bajé de Internet El recurso del método y por lo que ya he leído es genial.
De "Redoble por Rancas", sólo por la reseña creo que es muy bueno.También lo leeré porque está en PDF y ahora soy la feliz poseedora de un Kindle. No es que quiera "mandarme la parte", es que desde que salieron al mercado los lectores de libros electrónicos estaba como loca por tener uno.Me hace muy feliz andar con una biblioteca en la cartera:)
Sobre el texto del primer banquete: -iba leyendo muy apurada y me anticipé a pensar que la señora se comprometía a enterrar a los muertos por comer todo eso!!!
Es evidente que no soy una sibarita.
No sé cómo haces para recordar dónde están esos párrafos,felicitaciones.
¡Marossa!
¿Es cierto que en ese Kindle se pueden leer los libros, resaltarlos, subrayarlos, hacer comentarios y después quedan "intactos"?
Si es así, espero seguirla en un tiempo no muy lejano. Por favor, cuando haya hecho experiencia, cuente sus apreciaciones.
Con relación a Scorza, estoy seguro que no la va a defraudar. Es más, diría que...
Un abrazo.
Mi querido amigo, es que inmediatamente he recordado la novela ''Como agua para chocolate'' de la escritora mexicana Laura Esquivel ( recetas típicas mexicanas), las recetas de Tita. No me negaras qué harías un maravilloso artículo sobre esas novela...
Besos.
América:
Sí, y también Ángeles Mastretta tiene unas galletas de queso...
Se ve que las mexicanas deben ser las mujeres sibaritas, de lecturas y comidas selectas.
Y ustedes tienen a Sumito Estévez y al amigo del blog "Duelos y quebrantos", Freddy Castellanos y a Gloria Guardia, de la que tengo "Cena criolla" en una antología de manjares literarios/gastronómicos.
Bueno querida América, mejor no sigamos porque vamos a tener que ira cocinar algo.
Un abrazo.
Fernando:
anímese, déle el gusto a América!Se lo merece por su lealtad a este blog.
Mientras veo cómo funciona el Kindle ,del que creo que se puede hacer todo eso que usted dice,aunque a mí lo único que me importa es leer por gusto y sin anotaciones, le propongo también una incursión por "Afrodita" de Isabel Allende.
abrazos a todos:al bloggero y a las comentaristas
Marossa:
Dado que mi máxima preferida es: "Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, menos trabajar" se me ocurre que es usted quien podría hacer esa reseña.
Por otra parte, con todo lo que tiene ese libro -película incluida- hay material para cocinar mucho y sabroso. No me va a negar que cuando recuerda esa parte en que Tita...
Y ni le digo lo atractiva que nos resulta a los varones esa idea de las dos hermanas.
Por favor excúseme en la ocasión, que no quisiera meterme en complicaciones...
Gracias por la indulgencia de las dos (América y Marossa, aclaro por las dudas).
Querido Fernando:
A confesión de parte (mi almuerzo fue una penosa ensaladita) relevo de pruebas. Soy quien le dio mordiscones a tu artículo.
Muy desvinculada con la parte literaria –en mis circunstancias famélicas da lo mismo una receta de Doña Petrona- voy al menú de Redoble por Rancas: para esta babilónica cuchipanda, tamales incluidos, recomendaría un Cabernet Sauvignon con un paso de seis a doce meses en barrica de roble francés y americano (por el gustito a vainilla)
El maridaje para el fragmento de “El recurso del método” en cambio, lo dividiría en dos: entraría, fijate la osadía, con un torrontés joven y salteño, y seguiría con un assemblage de cabernet franc y malbec para acompañar chalupitas y enchiladas. (nada de tequila y sidra ¿a quién se le ocurre Don Carpentier?)
Fer, pediste que fuera a buscar el vino! Jajajajajajaja!
Un abrazo Querido Amigo, excelente artículo y te dejo, voy a tomar por asalto la heladera!
Susana:
Además de proveerme de mujeres, ahora recomendás esa perfecta combinación de vinos...
¡Qué más se puede pedir!
Espero que nadie haga una interpretación demasiado literal de la primera frase porque vamos en cana.
Un abrazo.
Publicar un comentario