Estamos familiarizados con muchas unidades de energía por diferentes razones.
Los que luchan contra esos kilitos de más, con las calorías.
Las que tienen mucho calor en verano y quieren comprar otro aparato de aire acondicionado, con las frigorías.
Los físicos nucleares, con el electrón-voltio.
Los que trabajan mucho, con el HP-hora ó CV-hora (caballo vapor-hora).
Los alumnos de 5to año secundario, con el Joule*.
Los que pagan la factura de la electricidad, con el KW-hora (kilowatt**-hora o kilovatio-hora).
Dado que lo que ha caracterizado a nuestra civilización y a nuestro modo de vida ha sido el dominio y el uso intensivo de distintas formas de energía, vale la pena pensar por unos momentos, en cuánta energía propia disponemos.
Si ponemos a una persona adulta a generar energía, caminando sobre una cinta en el gimnasio o más fácilmente, a pedalear en una bicicleta fija accionando una dínamo, durante 8 horas (después se va a comer, dormir y leer o ver tele), producirá: 1/10 HP x 8 horas = 0,8 HP-hora = 0,6 KW-hora
Con esa cantidad de energía podemos alimentar
· 1 lámpara de 60 W durante 10 horas ó
· 1 TV color durante 6 ó 7 horas ó
· 1 heladera durante 3 horas (alcanza para tener frío todo el día)
El consumo promedio de energía eléctrica por persona y por día (República Argentina) es de 3 KW-hora.
De modo que podríamos pensar en que cada uno de nosotros, tiene 5 esclavos pedaleando para proveer a sus necesidades y una familia tipo, de 4 personas, tiene 20 esclavos a su exclusivo servicio, solamente para sus necesidades de electricidad.
Precisamente, la palabra y el concepto de familia, viene del latín famulus, que significa esclavo. Es que para vivir razonablemente en la Roma Imperial, se necesitaban esclavos que acarrearan agua, que lavaran la ropa, que cocinaran, que limpiaran, que abanicaran, y que realizaran todas las tareas que fueran necesarias. Resumiendo, había que poder sostener un considerable número de esclavos y formar una familia para tener un cierto confort. (A las que estén pensando que algo del concepto inicial, de esa fusión familia-esclavitud, ha llegado hasta nosotros, les digo que este artículo es puramente técnico y no quiero meterme en esas profundidades).
Cuando en nuestras casa abrimos una canilla y sale agua, estamos lejos de pensar en que, previamente, “un esclavo” la subió al tanque de almacenaje. Si encendemos una lámpara para leer, estamos poniendo “un esclavo” a nuestro servicio, lo mismo cuando prendemos el televisor. Ni qué decir, cuando usamos el aparato de aire acondicionado, ahí necesitamos un equipo de robustos “esclavos”. Tan habituados estamos a disponer graciosamente de “nuestros esclavos”, que la situación prácticamente se ha invertido: ahora somos nosotros los esclavos dependientes de tener un suministro adecuado, permanente y sustentable de energía.
Los que luchan contra esos kilitos de más, con las calorías.
Las que tienen mucho calor en verano y quieren comprar otro aparato de aire acondicionado, con las frigorías.
Los físicos nucleares, con el electrón-voltio.
Los que trabajan mucho, con el HP-hora ó CV-hora (caballo vapor-hora).
Los alumnos de 5to año secundario, con el Joule*.
Los que pagan la factura de la electricidad, con el KW-hora (kilowatt**-hora o kilovatio-hora).
Dado que lo que ha caracterizado a nuestra civilización y a nuestro modo de vida ha sido el dominio y el uso intensivo de distintas formas de energía, vale la pena pensar por unos momentos, en cuánta energía propia disponemos.
Si ponemos a una persona adulta a generar energía, caminando sobre una cinta en el gimnasio o más fácilmente, a pedalear en una bicicleta fija accionando una dínamo, durante 8 horas (después se va a comer, dormir y leer o ver tele), producirá: 1/10 HP x 8 horas = 0,8 HP-hora = 0,6 KW-hora
Con esa cantidad de energía podemos alimentar
· 1 lámpara de 60 W durante 10 horas ó
· 1 TV color durante 6 ó 7 horas ó
· 1 heladera durante 3 horas (alcanza para tener frío todo el día)
El consumo promedio de energía eléctrica por persona y por día (República Argentina) es de 3 KW-hora.
De modo que podríamos pensar en que cada uno de nosotros, tiene 5 esclavos pedaleando para proveer a sus necesidades y una familia tipo, de 4 personas, tiene 20 esclavos a su exclusivo servicio, solamente para sus necesidades de electricidad.
Precisamente, la palabra y el concepto de familia, viene del latín famulus, que significa esclavo. Es que para vivir razonablemente en la Roma Imperial, se necesitaban esclavos que acarrearan agua, que lavaran la ropa, que cocinaran, que limpiaran, que abanicaran, y que realizaran todas las tareas que fueran necesarias. Resumiendo, había que poder sostener un considerable número de esclavos y formar una familia para tener un cierto confort. (A las que estén pensando que algo del concepto inicial, de esa fusión familia-esclavitud, ha llegado hasta nosotros, les digo que este artículo es puramente técnico y no quiero meterme en esas profundidades).
Cuando en nuestras casa abrimos una canilla y sale agua, estamos lejos de pensar en que, previamente, “un esclavo” la subió al tanque de almacenaje. Si encendemos una lámpara para leer, estamos poniendo “un esclavo” a nuestro servicio, lo mismo cuando prendemos el televisor. Ni qué decir, cuando usamos el aparato de aire acondicionado, ahí necesitamos un equipo de robustos “esclavos”. Tan habituados estamos a disponer graciosamente de “nuestros esclavos”, que la situación prácticamente se ha invertido: ahora somos nosotros los esclavos dependientes de tener un suministro adecuado, permanente y sustentable de energía.
Medir la energía en esclavos no parece muy práctico, pero el concepto asociado permite una comprensión mucho mayor de la complejidad del problema del suministro de energía, del fantástico progreso que ha significado el desarrollo y control de las fuentes de provisión y de la complejidad de los problemas asociados con su futuro.
* Joule, en honor a James Prescott Joule (1818-1889), inglés, quién humilde y modesto dijo: “Creo que he hecho dos o tres cosas, pequeñas, pero no como para concederles una importancia demasiado exagerada.”
**Watt, en honor a James Watt, (1736-1819), escocés, culminó una serie de mejoras sobre trabajos de sus antecesores en máquinas de vapor y logró implementar su utilización.
La idea de la cantidad de energía que puede hacer un hombre-esclavo está tomada de:
**Watt, en honor a James Watt, (1736-1819), escocés, culminó una serie de mejoras sobre trabajos de sus antecesores en máquinas de vapor y logró implementar su utilización.
La idea de la cantidad de energía que puede hacer un hombre-esclavo está tomada de:
Hal Hellman, Energía en el mundo del futuro, Buenos Aires, 1975, Ediciones Tres Tiempos.
.
4 comentarios:
3kw-hora ( Republica Argentina )no es nada comparado con otros Paises.
Fernando: Ojo con dar ideas, Edesur, ahora, me va a querer cobrar la manutención de 20 esclavos diarios, más las cargas sociales, jubilación y obra social...pretextando que no están en condición de explotar a nadie.
Ahora entiendo porque me parecía barata la luz.
Jorge Aloy
Hey bastante bueno eso que dices. No lo había pensado así.
Saludos
Fernando: Ojo con dar ideas, Edenor, ahora, me va a querer cobrar la manutención de 20 esclavos diarios, más las cargas sociales, jubilación y obra social...pretextando que no están en condición de explotar a nadie.
Ahora entiendo porque me parecía barata la luz.
Gracias, Jorge Aloy!
me apropié de su coemntario porque es muy inteligente, como todos los que he leido de usted.
Saludos, Fernando!
Publicar un comentario