miércoles, 15 de julio de 2009

Física en serio, física en broma 1

.

La invisibilidad – Batman y la Mujer Maravilla

El sueño de los alquimistas del siglo XXI tiene un nombre: la invisibilidad, y en pos de conseguirla se gastan millones de dólares por año, fundamentalmente en investigaciones para aplicaciones militares.
No son las únicas, un jarabe que nos hiciera invisibles, aunque sea por un ratito, nos permitiría desde cometer un robo hasta entrar gratis a cualquier espectáculo o cometer el crimen perfecto y a la vez arruinarle el negocio a muchos escritores de sagas famosas y a sus editores.
Hay muchos equipos científicos trabajando sobre el tema y se lograron importantes avances en recubrimientos superficiales basados en la nanotecnología, que hacen que al incidir la luz sobre un cuerpo, los rayos en lugar de refractarse o reflejarse, lo rodeen, “como hace la corriente del río alrededor de una roca”.
Las aplicaciones militares más conocidas son el avión Stealth, a duras penas detectado por radares, y algunas aplicaciones análogas con sonidos, tan eficaces que hace un mes, en junio de 2009, chocaron los submarinos nucleares insignia de las armadas inglesa y francesa: ninguno pudo detectar la presencia de otro y casi desatan una tragedia.
A quien quiera leer más seria y detalladamente sobre el tema, le sugiero ver el artículo de Pablo Capanna, Invisibles…, publicado en el suplemento Futuro del diario Página12, edición del 6 de junio de 2009.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2160-2009-06-06.html

Quien quiera dejar de lado la seriedad por un rato, puede continuar, a su cuenta y riesgo, con esta otra aplicación de los fenómenos físicos: el humor. No digan después que no estaban avisados.
Hay una imposibilidad manifiesta en la invisibilidad total: si fuéramos invisibles –es decir completamente transparentes– dejaríamos pasar toda la luz y seríamos ciegos, no quedaría ni un simple fotón para impresionar nuestra retina. En esta particularidad se basa el cuento que sigue:
Estaba Batman evolucionando sobre Ciudad Gótica en un hermosa tarde de primavera, cuando sus con sus ojos de águila vio, a través de una ventana abierta de par en par, a la Mujer Maravilla desnuda sobre su cama, con las piernas generosamente abiertas y realizando sensuales movimientos.
Continuó volando en círculos y a medida que se acercaba su excitación iba en aumento, hasta que no pudo más y se lanzó en picada hacia ella.
El chasco fue tremendo, a ella no llegó siquiera a tocarla… pero inició una íntima y profunda amistad con el Hombre Invisible.


1 comentario:

Marple dijo...

Hola Fernando:
otra forma de hacerse invisible es no comentar en blogs amigos :)
Me encantó esta entrada!!!
Leí el artículo de página 12:Muy bueno.
Yo creo que todos alguna vez hemos deseado ser invisibles.
Cuando leí el libro de Wells,hace mil años,me pareció tan fascinante la idea , que en vez de desear ser una princesa de cuento de hadas o algo así,como todas las niñas, quería ser la mujer invisible.
Actualmente, me gusta tanto tener perfil bajo que me refiero a eso como "mi vocación de fantasma"
Hay muchas cosas para divagar sobre el tema, pero para un comentario es suficiente.

un abrazo